El desarrollo del mercado de las Fintech a nivel mundial ha sido impresionante durante los últimos años, y República Dominicana no se encuentra ajena a este fenómeno.
A modo introductorio, “Fintech” es un término compuesto que viene del inglés, y que describe a todas aquellas empresas de servicios financieros que utilizan tecnología de punta para ofrecer productos y servicios financieros que van más allá de la banca tradicional.
Los productos y servicios ofertados por las Fintech se canalizan a través de la tecnología, y en particular, el Internet, tanto para facilitar la interacción con los clientes, así como abaratar los costos. En República Dominicana, el Fintech ya es un concepto que se encuentra utilizado en la práctica, pero que no es objeto de regulación particular, a pesar de que es necesario que se contemple dentro de nuestra normativa.
Otro gran aporte de las Fintech al desarrollo de los países emergentes es la apertura de crédito a empresas que pueden no haber tenido este acceso previamente. Un ejemplo reciente de esta tendencia es la incursión del banco de inversión estadounidense Goldman Sachs en el negocio de préstamos pequeños a través de Fintech en México.
En este caso, Goldman Sachs financia a Credijusto, una Fintech fundada hace apenas cuatro años en Ciudad México que se especializa en ofrecer pequeños préstamos a tres años a negocios tales como restaurantes, fincas y operadores de taxis. La experiencia de estos grandes inversionistas ha sido positiva: los deudores obtienen financiamiento que antes no obtenían a tasas atractivas, y la tasa de morosidad es baja, por lo que resulta un negocio rentable para todos.
El desarrollo de las Fintech en República Dominicana tiene otro importante elemento, el cual ha sido observado por otros países, tal como México: abrir las puertas de acceso al crédito a pequeñas empresas a través de la Fintech tiende a llevar a estos negocios a formalizarse.
En República Dominicana, al igual que otros de la región, es necesario llevar a la formalización el enorme sector informal de la economía, y las Fintech representa una oportunidad para hacerlo. Es menester aclarar que las Fintech no tienen que ser empresas emergentes (“startups”, en inglés), sino que los participantes en el mercado pueden hacer uso de estas herramientas para ofrecer nuevos productos y servicios, así como captar nuevos clientes.
Por ende, la Fintech es una nueva frontera para la banca, llena de oportunidades y retos, pero solo aquellos que se atrevan a innovar podrán trillar un curso de desarrollo de este mercado con miras al futuro.
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